"La Saga de la Superficialidad: Adela Micha y su Corte de los Insulsos"

Por Victor D Manzo Ozeda. 

En el vasto y a menudo viciado panorama de los medios de comunicación mexicanos, "La Saga", dirigida por Adela Micha, emerge no tanto como un faro de periodismo incisivo, sino como un espectáculo que oscila entre lo banal y lo directamente frívolo. Este programa, al cual se suma Maca Carriedo entre otros, se presenta bajo la pretensión de ofrecer un diálogo abierto y diverso sobre temas de actualidad, pero a menudo termina siendo poco más que una reunión de amigos charlando sobre trivialidades, con la profundidad de un charco en temporada seca.

Adela Micha, una veterana de los medios, cuya carrera ha tenido momentos de verdadera relevancia periodística, parece complacida en este formato en desplegar una serie de entrevistas que, lejos de desafiar o iluminar, parecen diseñadas para acariciar el ego de sus invitados y, por extensión, el suyo propio. La inclusión de la Ellen DeGeneres region 15, Maca Carriedo y otros co-conductores no hace más que añadir a la mezcla una serie de voces que raramente discrepan significativamente, creando un eco de consenso que hace poco para estimular un debate genuino o una reflexión crítica.

El verdadero problema con "La Saga" y su elenco es que, en su afán de ser entretenidos y accesibles, sacrifican la oportunidad de explorar en profundidad las noticias que tratan. El resultado es un tipo de periodismo espectáculo, donde lo importante no es informar con rigor, sino mantener al público enganchado con chismes vestidos de actualidad y entrevistas que rara vez escarban más allá de la superficie.

Este formato no solo subestima la inteligencia de su audiencia, sino que también degrada la función del periodismo en la sociedad. En un país que enfrenta desafíos políticos, sociales y culturales de enorme magnitud, la necesidad de un periodismo que pueda articular estas problemáticas y fomentar un público informado y crítico es más crucial que nunca. Lamentablemente, programas como "La Saga" hacen poco para contribuir a este objetivo, prefiriendo en su lugar perpetuar un ciclo de desinformación amena y distracción cómoda.

En conclusión, "La Saga" es emblemática de una tendencia preocupante en los medios: la transformación del periodismo en mero entretenimiento. Adela Micha y su equipo, con todos los recursos a su disposición, podrían optar por elevar el nivel del debate público. Sin embargo, eligen no hacerlo, y en ese no hacer, no solo fallan a su audiencia, sino a la propia esencia del periodismo.

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