"Los Corridos Tumbados: Crónica de un Género Controversial"

Por Víctor D Manzo Ozeda 

Los corridos tumbados, con su estética de rebeldía y su lenguaje desenfadado, han irrumpido en la escena musical como un fenómeno que desafía las convenciones del regional mexicano. Esta variante del corrido, impregnada de referencias al narcotráfico, la violencia y el hedonismo, se presenta no solo como una expresión cultural, sino también como un reflejo de las turbulencias sociales y morales de nuestro tiempo. Sin embargo, su influencia es profundamente problemática.

Este género musical, al glorificar figuras y estilos de vida asociados con el crimen organizado, perpetúa una imagen distorsionada de la masculinidad y el éxito. La popularidad de los corridos tumbados entre los jóvenes, en particular, es indicativa de una fascinación por el poder y la impunidad que estos relatos musicalizados exaltan. Tal exposición constante a letras que trivializan la violencia y el desafío a la ley no solo desensibiliza, sino que también puede inspirar imitación.

A nivel sonoro, aunque los corridos tumbados han innovado al incorporar elementos del trap y otros géneros urbanos, la crudeza de sus líricas contrasta con la rica tradición lírica de los corridos clásicos, que a menudo narraban hazañas heroicas o desafíos sociales con un tono más reflexivo y menos explícito. La transformación de este género en una plataforma para la ostentación de vicios y violencia marca un giro cultural significativo y lamentable.

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