"Selección Mexicana: La Patética Realidad de la Mediocridad y la Toxicidad Generalizada"

Por Victor D Manzo Ozeda. 

La Selección Mexicana de fútbol se ha convertido en un perpetuo monumento a la mediocridad, un equipo incapaz de trascender en la escena internacional a pesar de contar con cierto talento individual que promete pero nunca cumple. En cada torneo importante, las expectativas son altas, alimentadas por una afición ilusa y medios de comunicación cómplices que venden sueños imposibles y narrativas infladas.

Los jugadores, que brillan en sus clubes, se apagan bajo la camiseta verde. No hay cohesión, no hay estrategia efectiva, ni estilo, y lo peor, no hay resultados. Los fracasos se acumulan y se justifican con excusas recicladas que ya no engañan a nadie más que a los mismos que las pronuncian. La falta de autocrítica es alarmante; los entrenadores y directivos viven en una burbuja de autoengaño, perpetuando un ciclo de incompetencia y desilusiones.

Pero aún más lamentable que el desempeño en el campo es el entorno de toxicidad que lo rodea. Los aficionados, movidos por un amor ciego y una frustración perpetua, se vuelven agresivos y destructivos. Las redes sociales y los estadios se convierten en campos de batalla donde los jugadores son insultados y vilipendiados sin piedad. Este fanatismo irracional no solo daña a los jugadores, sino que también refleja una cultura deportiva enfermiza, incapaz de aceptar la realidad de sus limitaciones.

Los medios de comunicación, lejos de actuar como un contrapeso racional, se suman al circo. En lugar de ofrecer análisis crítico y constructivo, prefieren inflar expectativas y alimentar el morbo. La cobertura mediática de la Selección Mexicana es un espectáculo de exageración y sensacionalismo, donde las victorias mínimas se celebran como conquistas épicas y las derrotas inevitables se tratan como tragedias nacionales. Este enfoque no solo desinforma, sino que también perpetúa un ciclo de expectativas irreales y decepciones inevitables.

Es hora de enfrentar la verdad: la Selección Mexicana es, en su estado actual, un equipo mediocre rodeado de un entorno tóxico e irrealista. Hasta que no se rompa este ciclo de autocomplacencia y fanatismo, los resultados seguirán siendo los mismos, y la afición continuará sufriendo la misma montaña rusa de ilusiones y fracasos.

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